La isla de las emociones (Jorge Bucay) 2ª parte
En ese momento, el Amor se dió cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no dejaba la isla, el amor desaparecería para siempre de la faz de la Tierra… Caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el Amor se dirigió a la bahía. Ya no había posibilidades de construirse una salida como la de todos; había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco ante sus ojos. Desde allí podría ver pasar a sus compañeros en las embarcaciones. Tenía la esperanza de