Nos acercamos a las vidas de los tres ganadores de la primera edición del Premio a una Vida Consagrada 2019 convocado por Encuentro Matrimonial España.
Nuestro ganador
El ganador de la primera edición del Premio a una Vida consagrada 2019 | “consagrad@s conectados a la gente” ha sido Ignacio Dinnbier Carrasco.
Ignacio es sacerdote jesuita, director del Centro Arrupe de Valencia desde hace seis años. El jurado del Premio ha valorado sus esfuerzos por hacer de este antiguo colegio de los jesuitas un punto de formación, de ayuda, de acogida y de encuentro para personas de procedencias, intereses, necesidades y sensibilidades muy diversas. Hoy en día el Centro Arrupe en la ciudad de Valencia y su entorno es un lugar de referencia para los creyentes con inquitudes.
De entre todas las actividades e iniciativas a las que Ignacio ha dado su apoyo o ha puesto en marcha, queremos destacar las siguientes:
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El Centro acoge un programa para emigrantes (SJM), a los que se da ayuda tanto legal como laboral.
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El Centro de Escucha San Camilo de Valencia es una iniciativa que puso en marcha Ignacio hace unos años y que atiende a personas que están pasando un momento de sufrimiento o crisis (duelo, perdidas, soledad, familiares de enfermos, etc).
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Atención a familias a través de iniciativas como el Reloj de la Familia, o Red+Familiar que pretende dar soporte a personas que han perdido su red de apoyo familiar.
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De igual manera, ha apoyado el programa Sepas para personas que han sufrido la ruptura de su matrimonio o relación y que reciben un acompañamiento por parte de otras personas que han vivido esa misma experiencia.
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Ignacio Dinnbier también ha abierto las puertas del Centro Arrupe a la comunidad ortodoxa rumana y ucraniana de Valencia, a la que presta las instalaciones para sus celebraciones.
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Ha favorecido la creación de grupos de niños (Punt jove) y jóvenes universitarios. Ignacio, desde su inquietud de crear comunión, puso en marcha Luces en la Ciudad cuya primera edición se celebró en noviembre de 2004 en el Centro Arrupe. Esta iniciativa, pionera en Valencia, buscaba reunir en un acto formativo, lúdico y festivo a los jóvenes cristianos de la diócesis pertenecientes a cualquier movimiento, grupo o parroquia. Ignacio Dinnbier fue durante muchos años el corazón de este evento juvenil de encuentro y relación.
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Ha alentado la labor formativa del Centro Arrupe, que ofrece cursos de formación que ayudan a capacitar a voluntarios de diferentes áreas (escucha, pastoral familiar, etc). También organiza conferencias y ponencias que dan voz a profesionales reputados en sus diferentes áreas de acción (social, cultural, religiosa, etc.)
A nivel personal Ignacio destaca, además de por su evidente inteligencia y capacidad de discernimiento, por su actitud de permanente acogida hacia los demás, a los que siempre trata con cortesía, atención y sincera hospitalidad…y también con un fino sentido del humor.
Ignacio es, en definitiva, un ejemplo de consagrado que se ocupa y preocupa por las personas, que permanece alerta para detectar las nuevas situaciones y conflictos que afectan al ser humano para ofrecerles respuestas, y que va creando en torno a él espacios de encuentro, acogida y relación. Estas relaciones que van generándose gracias a sus iniciativas ayudan a los demás a crecer, a superar dificultades y hacer visible el amor de Dios en el mundo.
Segundo finalista
El segundo finalista es Vicente Peña Jiménez, sacerdote de Algeciras.
Sacerdote entregado a su gente, activo, emprendedor, cercano…
A los 19 años, siendo estudiante de arquitectura, sintió la «llamada» y, tras convencer a sus padres, que en principio no lo se lo creían, entró en el Seminario.
En el año 1967, siendo párroco de una parroquia humilde, San Miguel, para evangelizar y atraer a los jóvenes, y contando con muy pocos medios, formó un equipo de balonmano que él mismo entrenaba. Fueron los comienzos de este deporte en Algeciras, ese primer equipo, con el tiempo ha llegado a ser un club puntero dentro del deporte nacional. Hace un par de años, con motivo del 50 aniversario del club, le organizaron un merecido homenaje.
Con su carácter abierto y don de gentes , es una persona muy querida no solo por los feligreses de las parroquias por las que ha pasado sino por todo el pueblo de Algeciras.
Vivió el primer Fin de Semana de Encuentro Matrimonial que se celebró en Andalucía Sur (febrero 2002) junto a parejas colaboradoras de su parroquia y, aunque no fue totalmente convencido porque consideraba que era solo para matrimonios, en el mismo Fin de Semana, y tras un diálogo con una pareja del equipo, descubrió que podía aprovecharlo como una experiencia personal y no sólo como un «aprendizaje» que podía utilizar en su labor pastoral con los matrimonios. Él reconoció que, a partir de ese momento, vivió plenamente el Fin de Semana.
Desde entonces, es un enamorado de Encuentro Matrimonial, no falta a las reuniones de su Grupo de Diálogo y siempre pendiente de las fechas para reservarlas. Nunca hemos tenido por su parte un no como respuesta a lo que se le ha solicitado, como Eucaristías 90/90, que hace que las vivamos profundamente, Tardes de Comunidad… Lleva a gala su pertenencia a nuestro Movimiento ofreciéndolo a las parejas y matrimonios de su entorno.
En sus, hasta ahora, 58 años de consagración, siempre está disponible para lo que se le pide.
Entre las anécdotas que conocemos de él, destacamos el de una pareja joven que se habían instalado en Algeciras procedentes de Perú y que un día le pidieron que les diera un poco de agua bendita para bendecir su casa, Vicente les dijo que él mismo iba a bendecirla y, al enterarse de que no estaban casados, les animó a hacerlo y posteriormente a vivir el Fin de Semana.
En otra ocasión, una pareja a la que le dimos el cursillo prematrimonial, nos pidió consejo para hablar con un cura joven de mente abierta para confesarse antes de la boda, le aconsejamos que fueran con Vicente y que no se fijaran en su edad y hablaran con él con total confianza. Días después la pareja nos dio las gracias porque había sido muy entrañable y emotivo el encuentro con este sacerdote.
Tercer finalista
Y el tercer finalista es José Vico Peinado, sacerdote residente actualmente en Madrid, Misionero Claretiano, nació en Martos (Jaen) en 1945. Fue ordenado sacerdote en 1971. Es Licenciado en Teología (Pontificia Universidad de Comillas), con especialización en Teología Moral (Accademia Alfonsiana de Roma). Enseña en diversos centros de España y América Latina. Muy apreciado por sus conocimientos en materia de bioética teológica, sobre la que imparte frecuentes conferencias en España y en el extranjero. Su abundante producción literaria versa sobre las mismas temáticas.
Nos cuenta una pareja que ha estado muy cercana a él la experiencia de relación y cariño que han vivido junto a él.
Queremos compartiros nuestra experiencia como trío eclesial con nuestro amado Pepe Vico. Nos es tremendamente difícil plasmar tanta maravilla vivida, pero lo intentaremos.
Comenzó hace 30 y muchos años. Pero en el recuerdo, nuestro corazón late igual que entonces. Le conocíamos… ¿y quién no en Encuentro Matrimonial por aquel entonces? Por tardes de comunidad, charlas y otros eventos. Fue en una reunión de equipos. Compartimos con él. Quedamos entusiasmados… fue un verdadero regalo. Y al final, con naturalidad, nos dijo: “me gustaría formar trío eclesial con vosotros”. Nos quedamos atónitos. Dudamos. Insistió y dijimos que sí con emoción y miedos. ¡Increíble poder compartir vida con un referente para nosotros! no entendíamos qué podía haber visto en nosotros. Como niños con zapatos nuevos con miedo a romperlos, nos pusimos manos a la obra. Y el miedo se hizo realidad. Aún con la faja a reventar como solemos decir, nos dijo que se iba a Chile. 6 meses allí y 6 aquí. Pero Dios es sabio: Los primeros 6 meses forjaron, a través de cartas, una relación profunda. Y cuando regresó, dio lugar a un cariño y a una cercanía muy intensos. Llevábamos la expansión de Encuentro Matrimonial Madrid y él se nos unió. Dios mío, aquellos meses maravillosos fue un incansable viajero. ¡Cuánta fuerza, entusiasmo y entrega, cómo amaba a las parejas, cómo se maravillaba ante el amor conyugal! ¡Siempre pendiente de todos y cada uno! Decía, “venimos a conocer el paisaje y al paisanaje”. Era capaz de adentrarse en la relación y hacerla grande. Solía decir “el amor engrandece lo pequeño, no desperdicies ni la calderilla del amor”. Y fruto de esa espiritualidad, su lema: “el diálogo nos da vida y transparencia y lleva al amor a luchar por amarse más y mejor”.
Más tarde, en Chile, compartimos con él su gran pasión por el Reino, por los pobres. Solía decirnos: “en el barrizal, en lo perdido, en lo que nadie quiere ver… allí está Dios”. Cuánta alegría, entrega y sencillez en medio de tanta grandeza. Cuánta Fe, siempre en los hogares más difíciles, en las relaciones más conflictivas, sembrando y recolectando amor. Siempre repitiendo: “en las cunetas, en los terrenos más áridos, nacen las flores más hermosas como regalo De Dios”.
Es imposible transmitiros tanta y tan maravillosa historia disfrutada con él en su amado Chile, su otra tierra, su pasión, junto a las parejas de EM a las que soñó y disfrutó como su otra gran pasión.
Disfrutamos de él como profesor. ¡Cuánta sabiduría, inteligencia y energía! ¡Qué derroche de bien saber y hacer en la Universidad, en el Instituto de Vida Religiosa! Transmitía su alegría, su entusiasmo por la vida, su Fe en la gente y sobre todo, su amor por el Reino. Como en sus conferencias ¡qué gran orador! Oyentes con la boca abierta, con el buen sabor de la alegría por haber podido disfrutar de él; al fin y al cabo era lo que suponía asistir a sus conferencias, un disfrute.
Pero sobre todo, le damos las gracias como amigo, por ser, como en la canción, manantial donde bebemos. En nuestras vidas personales, de esposos y padres. Las transformó como confesor, peregrinó a nuestro lado, protagonista principal de la historia de nuestra familia… como decía ”no se es amigo hasta que no te comes un kilo de sal junto al otro” y nosotros nos hemos comido muchos con él. Siempre a nuestro lado, en nuestras luchas, en nuestras luces y nuestras sombras, como cuando murió nuestra sobrina, en el dolor y también en la situación tan difícil que vivimos. Allí estuvo él, siendo bálsamo, curando nuestras heridas. O con nuestros padres, cómo se confesaron con él, felices, cómo nos acompañó en su enfermedad, en su ancianidad o cuando murieron. Estuvo el primero. Todavía no habían llegado los más íntimos y ya estabas allí. O cómo compartió la educación de nuestros hijos, luchando en la adolescencia… “dejadles volar alto, pero siempre con ojos abiertos”. Cómo escuchaba, cómo nos apoyaba, les hablaba, retaba, cuidaba y les iba empapando con la sabia de Dios. “No son vuestros, sois su trampolín para la vida, su referencia, su refugio del guerrero. Estad siempre abiertos y dispuestos” solía decirnos. Les dio y nos dio alas.
Y nuestra historia creció.
– ¡Viene Vico!
Y nuestra casa se llenaba de familia, amigos…
Hemos vivido muchas pequeñas Betanias juntos ¿Cómo expresar tanto amor, vida y Fe recibidas a través de él?
Y qué duro ahora el ocaso. El gran orador sin voz, la inteligencia privilegiada, enturbiada por la enfermedad, el viajero incansable sin poder caminar.
Amigo del alma, nos inunda la emoción, no podemos seguir por el dolor y las lágrimas.
En tus ojos aún brilla esa luz, la mirada tierna del Dios vivo.
Nos has hecho sentir la ternura de Dios en nuestras vidas y en nuestra relación. Como dices, “pareja de 3, Dios en medio con nosotros”. Tú lo trajiste, nos lo presentaste en bata y zapatillas, en el hogar. Hemos experimentado y comprendido el amor trinitario: 3 personas, un amor único y verdadero.
Gracias amigo, gracias Padre Dios porque has estado grande con nosotros.
Con esta primera edición del «Premio a una Vida Consagrada 2019», desde Encuentro Matrimonial España queremos expresar a todos los sacerdotes, consagrados y consagradas nuestro sincero reconocimiento a su labor y a su vida de relación con los demás.