Ya tenemos a los ganadores del premio a una vida de amor 2019.
En esta sexta edición, nos comenta el jurado que ha sido realmente difícil elegir una historia entre todas las que nos han llegado este año, ya que muchas cumplían con los requisitos que se pedían para el premio.
Pero como se suele decir solo puede haber un primer puesto, y este año corresponde a Pepe Vázquez y Lola Martínez residentes de La cañada (Paterna) en Valencia, se casarón un 25 de octubre del año 1959 hace ya casi 60 años y esta es su historia que nos envía un familiar.
PRIMER PREMIO
Pepe y Lola es la única familia que me queda por parte de padre, su amor, su dedicación, su entrega es un referente para nosotros.
Su historia de amor comenzó en Zaragoza donde residían los dos. Lola se había quedado sin sus amigas de la adolescencia porque habían tenido que abandonar Zaragoza y se encontraba un poco desubicada, entonces su padre, hermano de mi abuelo, valenciano de origen, le habló de la reciente apertura de la Casa de Valencia en Zaragoza y allí conoció a Pepe, zaragozano pero muy amante de Valencia.
Comenzaron a salir y se hicieron novios, tenían 22 y 24 años y su noviazgo duró 3 años. Sus recuerdos más entrañables de esa época eran las tardes que pasaban en el parque haciendo números y números para ver si se podían casar. Los números no salían pero la ilusión era tal que con el primer trabajo de representante de Pepe decidieron casarse.
«Somos unos privilegiados, unos amados por Dios que nos ha regalado una gran familia que sólo nos ha dado alegrías, y cuando ha habido alguna tristeza la hemos vivido con amor, y con amor hemos salido de esa tristeza…»
Se casaron el 25 de octubre de 1959, hace 59 años. Cuando les hemos pedido que nos contaran recuerdos de su día, entre risas nos contaban la vuelta en taxi del restaurante a su casa donde por primera vez iban a estar juntos. Y el viaje de novios en tren a Madrid que ya era todo un lujo.
Los primeros años fueron en palabras suyas, de supervivencia: “No teníamos ninguna experiencia, entre diciembre de 1960 y julio de 1963 nacieron las tres niñas. Pepe, de representante pasó a montar una pequeña tienda con un amigo que de la noche a la mañana nos dejó prácticamente en la calle.
Gracias a Dios apareció un nuevo trabajo donde, desde abajo, fue asumiendo más y más responsabilidades que nos reportaba una mayor seguridad.
La cara negativa de este trabajo eran los continuos viajes que me llevaban a tener que asumir sola muchas situaciones. Pero, habla Pepe, me programaba los viajes semana si, semana no, y cuando volvía el viernes lo primero era ponernos al día de todo cuanto había acontecido en la semana. Lo bueno es que cuando empecé a viajar al extranjero por necesidades del cargo, Lola se venía muchas veces conmigo y era una experiencia fabulosa»
La charla discurría con tanta naturalidad que parecía que estábamos los cuatro alrededor de una mesa camilla y no en una comunicación a través de un móvil.
Lola se mostraba muy apasionada en todo su relato y en un momento de la conversación me dijo: «Voy a contar una etapa que quiero que se resalte en nuestra historia y que corresponde al tiempo que tuvimos que atender a mi madre que estaba totalmente postrada en cama, la teníamos 6 meses nosotros y 6 meses mi hermana. Aquí Pepe echó el resto, fue un volcarse completamente en mí, no tenía más obsesión que distraerme, que me sintiera acompañada por él, que percibiera que no estaba sola. y todo esto, sin darle ninguna importancia, con una entrega total»
Comenzaron a venir las nietas, en femenino porque las cinco primeras fueron nietas y encima vivieron el desconsuelo de perder a una de ellas al nacer, pero gracias a Dios pronto vino un nieto y más tarde otra nieta.
Después de jubilados y ante el asombro de muchos, decidieron dar un giro a su vida y se fueron a Huesca donde vivía una hija con su familia, dejando su entorno.
En esta última etapa ha habido momentos muy duros, al llegar a este punto Lola comienza a relatarnos los episodios en los que problemas serios de salud les ha “tocado pero no hundido” y cómo esto ha reforzado más su unión y su amor. “Mi visión estaba muy mermada desde hacía tiempo pues tenía visión en un ojo sólo, pero un problema circulatorio afectó tan seriamente el ojo bueno que mi visión se redujo a un diminuto punto, prácticamente ciega.
Pepe pasó a ser mis ojos, la mano que me guiaba, mi todo, y de repente con una caída tonta se rompe la tibia y el peroné. Los dos pasamos a depender que nuestros hijos que, como siempre, tuvieron una respuesta de 10, pero yo noté que poco a poco me iba hundiendo en una depresión hasta que una tarde Pepe con su habitual optimismo me dijo que no podía ser, que teníamos que remontar y me di cuenta una vez más, que lo mejor que me podía pasar era tenerlo a mi lado aunque no nos pudiéramos mover. Gracias a Dios, Pepe volvió a ser el de antes y volví a notar su mano guiándome y sus ojos transmitiéndome todo lo que los míos no alcanzan a ver.
Estamos en una etapa muy dulce en nuestra relación y nuestro sueño, con 84 y 86 años y después de 59 años de matrimonio, es seguir disfrutando de nuestro presente, de nuestro día a día, de nuestro amor, de nuestra familia… Somos unos privilegiados, unos amados por Dios que nos ha regalado una gran familia que sólo nos ha dado alegrías, y cuando ha habido alguna tristeza la hemos vivido con amor, y con amor hemos salido de esa tristeza… Nunca hemos concebido nuestra vida en solitario y ahora mucho menos…Pepe es mi vida y yo soy la vida de Pepe y así ha sido y soñamos que siga siendo. La herencia que nos hemos propuesto dejar a nuestras hijas es la herencia del Amor… Hemos procurado inculcarles valores, hablarles de Dios, hemos procurado mostrarles a Dios a través de nuestro Amor”
El premio a una vida de amor es una iniciativa de Encuentro Matrimonial Mundial de España
[…] Si todavía no habéis leído la historia de los ganadores de este año, podéis hacerlo AQUI […]
Preciosa historia de amor . Gracias por vuestro testimonio . Sois un ejemplo para nosotros.
Pepe y Lola que Dios os bendiga y bendiga vuestro amor.
Sois un ejemplo de generosidad del uno para el otro.
Un abrazo.
M.José y Juanan
Preciosa y conmovedora historia de Amor, enhorabuena!!!
Lola y Pepe felicidades por ese premio tan merecido, gracias por compartir vuestra experiencia de vida en pareja.
Un abrazo.,
Eduardo+Juani Conil.
Preciosa está historia me ha encantado.Ojala todos pudiéramos escribir algo semejante.No cabe duda que el amor mueve montañas.las dificultades de la vida se sobrellevan mejor cuando el amor está presente en nuestras vidas
Felicito a esta pareja por este testimonio y por haber cultivado este AMOR a lo largo de su vida
Soy de Costa Rica y está historia ha tocado mi corazón profundamente. Hi a mis papás, ya fallecidos, vivir su historia de amor muy similar a ésta. Gracias por compartirla. Mi esposa y yo vivimos nuestro FDS hace 24 años y seguimos perseverancia. Este año EMM Costa Rica celebra 38 años de vida. Pido su oración por ello.