Dejar por unos días de ser el párroco, o la responsabilidad en el colegio, el hospital o la comunidad, y poder ser solo tú, Pedro, Rafael, María, Juan, Mercedes… entre otros como tú, con tu misma vocación y vivencias similares.
Eso es es lo que te ofrece Encuentro Matrimonial en el verano: unos días para compartir vida, tiempo, inquietudes, celebrar vuestra vocación, apoyaros unos a otros, reflexionar sobre un tema, cargar pilas, comer juntos, orar, pasear, conversar… Y regresar con una mirada ilusionada, renovadas fuerzas, nuevas amistades y una vocación fortalecida con la relación con los demás.
Estos encuentros de verano son presenciales, pero si no puedes viajar puedes vivirlo online.
Y un dato importante, no hace falta haber vivido un fin de Semana de Encuentro Matrimonial para poder asistir a estos encuentros: están abiertos a cualquier persona consagrada que desee participar.