Las dificultades que nos acompañan en los últimos tiempos (pandemia, guerra, economía…) están dejando su huella en forma de miedos e inseguridades. Inevitablemente, la apatía, el desánimo y la desorientación están también afectando a la actividad pastoral y las acciones de movimientos y grupos.
Pero en Encuentro Matrimonial no estamos dispuestos a que sea así. Por ello, los coordinadores nacionales del movimiento, Jorge y Almudena Santín-Torrecilla, junto con el sacerdote diocesano José Ignacio Llópez, convocaron unas jornadas de reflexión, motivación y, sobre todo, de convivencia y relación personal.
Con el lema “Unidos en el Espíritu, somos comunidad de amor” matrimonios y sacerdotes líderes de Encuentro Matrimonial se organizaron en dos grupos, un primer grupo los días 12 y 13 de marzo en Zaragoza y el otro, los días 26 y 27 de marzo en Guadarrama (Madrid).
Los asistentes tuvieron la oportunidad de volver a ponerse en contacto con las motivaciones y los fundamentos de su compromiso en Encuentro Matrimonial. También pudieron discernir y evaluar las dificultades que la actual situación añade a su misión y proponer acciones, no solo para minimizar el impacto que puedan tener esas dificultades en el normal desarrollo de la actividad del movimiento, sino también para impulsarlo.
Pero, de forma especial, estas jornadas de trabajo y convivencia han supuesto, según valoraciones de los matrimonios y sacerdotes asistentes, un “cargar energía y animarnos unos a otros a continuar cuidando, aún más, la relación de pareja entre los matrimonios y de los consagrados con su gente”, porque, en momentos de dificultad como estos, “es más necesario que nunca sembrar unidad, solidez y amor en las relaciones de pareja y de familia”.
«Son estas relaciones las que sostienen y aportan estabilidad y fortaleza a las personas en momentos de crisis y son un ejemplo para la sociedad de cómo afrontar las dificultades”.