El sábado 14 de febrero de 2015, con motivo de la fiesta de S. Valentín (festividad que coincide con el Día Mundial del Matrimonio), los Coordinadores Locales de Encuentro Matrimonial en Castellón, Chani y Puri López-Pérez; los Coordinadores Zonales de la Comunidad Valenciana, Jose Enrique y Tere Argente-Engo; y algunos matrimonios de nuestra organización, acudieron al domicilio de José Torres y María Pepa Franch, a fin de realizar un sencillo acto que ha servido para homenajear su vida de amor: 75 años siendo ejemplo de matrimonio.
Su vida nos confirma una vez más que el amor puede durar toda la vida. De hecho toda una larga vida. Y eso no es cuestión de suerte: hay que querer amar, cuidar la relación y la comunicación, y gestionar esas diferencias que cualquier pareja tiene. Y es que también se puede aprender a amar bien.
La reunión con su familia, a la que acudieron hijos, nietos y biznietos, resultó un acto entrañable y especial, que llenó de emoción a todos los asistentes.
Una de sus nietas nos facilitó un texto que preparó con motivo de sus recientes Bodas de Diamante, celebradas el pasado 3 de Febrero, del que nos permitimos extractar algunas frases que ilustran la vida de esta admirable pareja.
Corría el año 1940 y el 3 de febrero a las 6 de la mañana se celebraba la boda de José y María Pepa, dos jóvenes queridos del pueblo de Betxí; una boda que corría prisa ya que José tenía que volver a su servicio militar.
(Durante la guerra civil) Ella quedó sorda por unas fiebres, y falleció su hermano en la contienda.
María Pepa crió a sus tres hijos (Pepe, Fina y Joaquín) con su sordera. No fueron años fáciles, pues pasaba el día mirándolos, ya que no sabía si lloraban o no. José trabajaba duramente para poder sacar a su familia adelante.
En el año 1967, María Pepa es operada y recupera la audición. Al año siguiente se casa su hija y no tarda en darles nietos. María Pepa oye llorar por primera vez a su nieto y llora de alegría ella también, pues nunca oyó llorar a sus propios hijos.
Su 75º aniversario de boda ha sido muy importante para toda la gran familia que somos: 5 hijos (contando a los políticos), 10 nietos y sus 21 bisnietos.
Ha sido un año de recuerdos, celebraciones y ver disfrutar y recordar sus palabras de amor (que continúan diciendo) y, cómo yo digo, “cuanto más mayores nos hacemos, más las valoramos”.
Nos han enseñado mucho y hemos visto que sí, que cuando ellos recitaron sus votos matrimoniales, era para toda la vida; que han sido un ejemplo de que realmente el amor existe y si Dios lo ha unido, es para siempre.
Gracias por vuestro testimonio, José y María Pepa